Fuiste bella, ¿lo recuerdas?
Recuerda, también fuiste flor.
Él escuchó tu llanto.
Tu crespón negro,
su crespón negro y vuestras flores.
Os lisonjeó la muerte y
dejasteis de ser niños sonrientes.
Rodeado de soledad y flores secas
te vio partir con su juventud y su belleza.
Se fué
Sobre un lecho de hermosas flores
reposaba su frío cuerpo.
Su faz cetrina sonreía,
¿Dormía?
Una flor rozó su cara
¿Lloraba?
Todos allí lloramos, sin embargo,
la vida siguió su curso,
el mundo siguió girando.
Hoy quizás sea el último día
que te escribe.
No sabe que nombre darte.
Hoy tal vez sea el último día
que te piensa.
Buscó fuera de sus límites,
buscó la eternidad.
Recorrió la noche estrella a estrella.
Buscó el amor
¿Pero hubo amor?
Quiso escribir para el recuerdo,
Y te buscó en los poemas.
Hoy, tal vez,
sea el último día que te escriba.
Hoy se ha mirado ante el espejo y
ha descubierto la mirada.
Es hoy el alfarero y es la arcilla,
La eternidad está en ella
Me pierdo virtualmente en tu silueta
que acaricia el cielo.
Un cielo que, ayer plomizo y opresivo ,
hoy te sonríe iluminado por el sol , azul ,
brillante, radiante.
Un cielo que , a veces te envuelve,
te acaricia y te protege de los depredadores
Me pierdo virtualmente en tu silueta ,
acariciada por un cielo que adivino.
Me quedo en tu silencio para olvidar el vacío en mis entrañas,
para olvidar el silencio que exorcizo.
No esta aquí, a veces me parece que nunca estuvo.
A veces pienso que ya se ha ido. Tan pronto¡
No se si llegaré a saber alguna vez
si hubo amor o simplemente
coincidimos en un punto del camino.
Me pierdo virtualmente en tu silueta
para no pensar que su amor fueron palabras altas,
voces iracundas y alguna vez , algún te quiero.
Me pierdo en tu silueta porque tu aire me limpia
y desde tu cima soy sonrisa,
soy eterna,
soy futuro.
Soy poder.
Me pierdo virtualmente en tu silueta y sueño,
tengo una oportunidad
y se quien soy.
que acaricia el cielo.
Un cielo que, ayer plomizo y opresivo ,
hoy te sonríe iluminado por el sol , azul ,
brillante, radiante.
Un cielo que , a veces te envuelve,
te acaricia y te protege de los depredadores
Me pierdo virtualmente en tu silueta ,
acariciada por un cielo que adivino.
Me quedo en tu silencio para olvidar el vacío en mis entrañas,
para olvidar el silencio que exorcizo.
No esta aquí, a veces me parece que nunca estuvo.
A veces pienso que ya se ha ido. Tan pronto¡
No se si llegaré a saber alguna vez
si hubo amor o simplemente
coincidimos en un punto del camino.
Me pierdo virtualmente en tu silueta
para no pensar que su amor fueron palabras altas,
voces iracundas y alguna vez , algún te quiero.
Me pierdo en tu silueta porque tu aire me limpia
y desde tu cima soy sonrisa,
soy eterna,
soy futuro.
Soy poder.
Me pierdo virtualmente en tu silueta y sueño,
tengo una oportunidad
y se quien soy.
MIÉRCOLES, 20 DE FEBRERO DE 2013
Desde tus manos talladas
en granito, envuelta
en el frío del Antártico,
la oscuridad y el frío
de las olas rompen los acantilados.
Olas profundas y robustas.
Su amor es desgraciado
te ama y, no se lo permites.
Su amor es desgraciado ,
se consume
en la distancia que mantienes.
Entre tu voz y su voz
una escala de sonidos,
entre tu pensamiento y el suyo
el infinito.
Te paseas por las tardes
saludando a un sol que se retira.
Alguien te recuerda silencioso
añorando tus requiebros.
Los trabajos de Hércules ocupan
las horas que niegas al letargo.
Tu corazón se mece en el silencio,
como si hubieras muerto en el exilio.
Te niegas al recuerdo y,
tu cerebro
memoriza anécdotas ajenas,
eludiendo descubrir lo que ya intuyes.
Dios no tiene compañera.
Conoce la palabra amor
y practica,
y practica,
Mira su ombligo circular,
lleno de telarañas y pelusas.
Se cree el gas ligero y
se sitúa sobre todo, dominando,
sin ceder ni altura ni terreno.
Se confundió con Dios y ama
a ese “dios”, antes que a nada.
Olvidó que “comienza” y” sobre”
no excluyen posibilidades.
Quiso mantenerse joven
negándose a las canas,
¡el “dios” no tiene edad¡
Parece su cabeza el sol en el ocaso.
Se confundió con Dios ,
y Dios no tiene quien le ame;
y Dios no tiene quien le ame;
aunque, haya quien le adore.
Se confundió con Dios y , su concepto
excluye la palabra compañía.
Dios no tiene quien le quiera.
Dios no tiene compañera.
El desgaste de los años le dejó
pétalos marchitos de las que fueron flores,
el arco iris emborronado, y
una luna eclipsada.
Su corazón tuvo un tiempo de latidos.
Quiso ver la luz y
le arrancaron los ojos.
Le dejaron el vacío
de conversaciones inventadas,
el llanto amargo de la impotencia,
el miedo de seguir viviendo
contemplando este fracaso.
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