Parece que la Semana Santa toca a su fin. Han sido unos días de trabajo intenso y gratificante aunque el tiempo no ha acompañado como hubieramos deseado.
apenas siento su leve roce.
Los segundos se deslizan de puntillas
para no despertar a esta tierra
Este silencio denso que me osmotiza
La erosión va moldeando este cuerpo
mientras el Moncayo altivo y caprichoso
cada día parece mas cerca del cielo
A sus faldas el reloj dormido
La soledad , azotada por ese cierzo indómito
se refugia en el claustro del monasterio
y se entremezcla con recuerdos y tinajas .
Esto me recuerda al silencio de los muertos del poeta
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