La lluvia se impregnó de ti y,

dejó de ser lluvia.

Su mirada dejó de ser mirada,

te atravesó convertida en fuego.

El mundo

parecía no ser mundo,

y te creíste en el cielo.

Volvió a mirarte y,

su rostro, sin sonrisa,

parecía  hielo.

Tu vida, 

ya no fue la vida tuya,

se transformó en el infierno.

Os amasteis a ráfagas...

Olvidasteis vuestro amor 

hasta que llegó el invierno  .

 

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