Aire

 

 

Si luchamos por la vida.

no importa que la sangre corra.

No importa que la sangre corra mientras

arrasemos los caminos.

Luchamos por la libertad y el cielo.

Yo seré el revolucionario,

me reiré de mis palabras y, 

de los que nos apoyen y

nos sigan en nuestras soledades,

de los que creen

en nuestras necedades y mentiras,

de los que escuchan y no piensan 

porque al pensar tiemblan y sudan.

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Sobre un lecho de hermosas flores

reposaba su cuerpo frío.

Su faz cetrina sonreía,

¿Dormía?

 Una flor rozó su cara 

¿Lloraba?

Todos allí lloramos, sin embargo,

la vida siguió su curso,

el mundo siguió girando.

 

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Te siguió hasta el horizonte y,

te amó.

Buscó en ti el reposo

de los colores cálidos de otoño.

Hoy, contempla

un horizonte emborronado

sin luz y sin sentido.

Te ama tan sólo a ráfagas.

 

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Perdió el color y la forma,

antes de conocer la vida.

La estructura de tu pensamiento

le confunde,

por eso no te conoce.

Descubre el universo y, se estremece

cuando escucha

el latir de un corazón.

Perdió el color y la forma.

Tu,

 más diluido en el tiempo, 

perdido en un eterno olvido.

 

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Fuiste bella, ¿lo recuerdas?

Recuerda, también, fuiste flor.

Él escuchó tu llanto.

 Tu crespón negro,

su  crespón negro y vuestras flores.

Os lisonjeó la muerte y

dejasteis de ser niños sonrientes.

Rodeado de soledad y flores secas

te vio partir con su juventud y su belleza.

 

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Estallaron besos y caricias,

sedientos de nosotros mismos.

Nuestros desconocidos cuerpos

se amaron para siempre.

En sus pupilas la esperanza y,

como las flores, breve.

En nosotros el recuerdo doloroso y,

un nombre escrito en un papel.

 

 

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Nos vamos,

los muertos porque ya murieron y, 

los vivos

vivirán por todos, intentando

no acordarse de nosotros.

¡Estaremos más muertos todavía¡

Hubo un tiempo para el sueño,

hoy es la mediocridad. 

Somos simplemente humanos, pero,

hubo un tiempo cerca de la belleza.

 

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Te mira la sonrisa amarga

en los almendros del otoño.

Los poetas ya murieron y,

tu me hablas de ciencia.

Te mira la sonrisa quebrada del otoño

y tu te crees en la cima

mientras te jactas de toda tu sabiduría.

 

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Podría hablarte del  silencio en el silencio,

 de la soledad, amor y muerte.

Y, del infinito. Pero,

tal vez, te baste una mirada hueca,

la mirada vacía del infierno.

No salgas de esta soledad,

ni de este amor,

ni de esta muerte, o,

te perderás en las tinieblas.

Serás olvido en el olvido.

 

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Déjale buscar la luz en el silencio,

que busque en las tinieblas las palabras,

que busque en la soledad el sonido.

Déjale que sienta y muera

y, que sepa que ha vivido.

Déjale sola y tranquila

en esta apacible noche.

Memoria.................

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Déjale morir si un día

tiene el valor y la entereza.

Déjale morir, si un día,

busca la alegría bulliciosa.

Déjale morir si lo decide

que, le asusta la muerte y,

paradoja, no vive.

Déjale que muera y viva,

cabeza fría.

 

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Con tu silencio comenzó la lucha.

Con tu silencio,

 las dudas,

con tu silencio el miedo.

Después llegó un silencio impío.

No se acerca el letargo frío y,

esperas el paraíso.

Alejas de tu cabeza

hematomas y sudores,

heridas y lágrimas silenciosas.

 

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Puede, sólo, mirar al frente,

contemplar la pared desnuda

a dos palmos de narices.

Siente el precipicio a sus espaldas y,

tiene miedo.

Si mira a la derecha,

ve la mirada acusadora.

Si mira a la izquierda, le recuerdan

todos los pecados silenciados.

Puede mirar al frente y observar

la pared solitaria, sentada en  una silla,

blanca y desnuda,

a dos palmos de narices 

 

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Presiente a sus espaldas.

una vida vacía , sin  sentido

Una vida

buceando en  agujeros negros.

¿ Dónde estáis, seres amados?

¿ Dónde estáis, seres queridos?

Una vida ,

para añorar el regreso

a la oscuridad de la tierra.

 

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Se oculta en su agujero oscuro,

para que nadie despierte

cuando llora.

Es la conciencia anónima

 de la soledad;

de la soledad,

del amor y de la muerte.

Es la conciencia que sufre

por los anestesiados de este mundo

Le pesa la vida,

le hiere el aire que respira,

le sofoca la luz.

Le asfixian las lágrimas ocultas.

Le duele su propio anonimato y

 la injusticia de estar viva en este estado .

Se oculta a las miradas de otros

en un duelo a vida o muerte.

 

 

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